Qué es el benchmarking

Descubre qué es el benchmarking, cuáles son sus principales tipos y cómo aplicarlo de forma eficaz para mejorar procesos y aumentar la competitividad de tu empresa. Implementa estrategias comparativas con el apoyo de la tecnología y herramientas digitales adaptadas a tu negocio.
agosto 13, 2025
Por David Miralpeix
Qué es el benchmarking

El benchmarking es una técnica de gestión empresarial que consiste en comparar procesos, servicios, productos o resultados de una organización con los de otras empresas líderes del sector o de sectores distintos, con el objetivo de identificar buenas prácticas y aplicarlas para mejorar la propia competitividad.

No se trata de copiar, sino de aprender. El benchmarking busca extraer lecciones útiles de otras organizaciones para optimizar áreas internas clave, ya sea en costes, calidad, eficiencia operativa, atención al cliente, innovación o cualquier otro aspecto relevante.

El concepto no es nuevo, pero su impacto ha crecido exponencialmente con el avance de la tecnología y la posibilidad de acceder a datos comparativos de forma ágil y precisa. Hoy, el benchmarking puede llevarse a cabo de forma automatizada, sistemática y continua, lo que lo convierte en una herramienta estratégica de gran valor.

Para qué sirve el benchmarking

El objetivo principal del benchmarking es mejorar el rendimiento de una empresa. No se limita a identificar carencias, sino que proporciona referencias externas que permiten establecer metas realistas y orientadas a la excelencia.

Aplicar benchmarking en una organización permite:

  • Conocer cómo se sitúa frente a la competencia en aspectos clave del negocio.
  • Detectar áreas de mejora y priorizar acciones de cambio con mayor impacto.
  • Incorporar prácticas exitosas de otros sectores que puedan adaptarse a la propia realidad.
  • Estimular la innovación interna mediante la comparación constante con los líderes del mercado.
  • Motivar a los equipos al disponer de referentes claros y alcanzables.

Además, el benchmarking actúa como un mecanismo de vigilancia competitiva, al permitir seguir de cerca los avances de otras organizaciones y anticiparse a las tendencias del mercado.

Tipos de benchmarking

Aunque el objetivo común es mejorar el rendimiento, existen varios enfoques de benchmarking que responden a diferentes necesidades y niveles de profundidad.

Benchmarking interno

Consiste en comparar prácticas y resultados entre diferentes departamentos, unidades o sedes de una misma organización. Es útil para estandarizar procesos, detectar mejores prácticas internas y fomentar la colaboración transversal.

Benchmarking competitivo

Se basa en la comparación directa con empresas del mismo sector que compiten en el mismo mercado. Permite identificar ventajas o desventajas competitivas, y ajustar estrategias en función del rendimiento observado en otras compañías similares.

Benchmarking funcional

Este tipo de benchmarking se enfoca en funciones específicas del negocio (como atención al cliente, logística, finanzas, etc.) y compara esas funciones con las de empresas que pueden pertenecer a sectores distintos pero que son referentes en esa área concreta. Este enfoque amplía el horizonte de aprendizaje más allá del entorno inmediato.

Benchmarking genérico

Es un enfoque más amplio y conceptual, que busca identificar principios o prácticas de excelencia que pueden aplicarse de forma transversal a cualquier tipo de organización, independientemente del sector. Su objetivo es inspirar transformaciones profundas basadas en modelos de alto rendimiento.

Cómo realizar un benchmarking eficaz en tu empresa

La implementación del benchmarking debe seguir una metodología clara, estructurada y orientada a la acción. Aunque cada empresa puede adaptar el proceso a su realidad, estos son los pasos fundamentales:

  1. Definir el objetivo del benchmarking
    Es necesario tener claro qué área se quiere analizar, qué problema se pretende resolver o qué indicador se busca mejorar. Una definición precisa del objetivo facilitará todo el proceso posterior.
  2. Seleccionar qué se va a comparar
    Se deben identificar los procesos, métricas o resultados específicos que serán objeto de comparación. Esto puede incluir tiempos de respuesta, costes operativos, ratios de satisfacción, niveles de productividad, entre otros.
  3. Elegir las empresas o unidades de referencia
    Dependiendo del tipo de benchmarking, las referencias pueden ser internas o externas. Es clave que estas entidades sean reconocidas por su eficiencia o excelencia en la actividad que se va a evaluar.
  4. Recoger y analizar datos comparativos
    Esta es la fase más crítica. Requiere herramientas adecuadas para obtener información válida, actual y comparable. Hoy en día, muchas organizaciones utilizan sistemas tecnológicos avanzados para automatizar esta recopilación y analizar grandes volúmenes de datos de forma eficiente.
  5. Identificar brechas y establecer planes de mejora
    El análisis debe revelar las diferencias entre la propia empresa y los referentes seleccionados. Estas brechas deben convertirse en oportunidades de mejora, con acciones concretas que permitan cerrar la distancia.
  6. Aplicar mejoras y hacer seguimiento
    Una vez implementadas las acciones, es fundamental hacer un seguimiento de los resultados y, si es necesario, ajustar las medidas. El benchmarking debe ser un proceso continuo, no una acción puntual.

El papel de la tecnología en el benchmarking moderno

La digitalización ha transformado profundamente la forma en que se realiza el benchmarking. Gracias al uso de plataformas tecnológicas, es posible automatizar tareas que antes requerían mucho tiempo y esfuerzo, y acceder a comparativas en tiempo real.

Hoy existen herramientas que permiten:

  • Visualizar KPIs en dashboards personalizados comparando distintas fuentes de datos
  • Automatizar la recogida de información interna y externa
  • Generar alertas ante desviaciones respecto a indicadores de referencia
  • Aplicar modelos predictivos basados en inteligencia artificial
  • Establecer objetivos dinámicos en función del comportamiento de líderes del sector

En este sentido, las plataformas low-code juegan un papel clave. Gracias a su capacidad para integrar datos de múltiples fuentes y construir aplicaciones personalizadas sin necesidad de grandes desarrollos, son el complemento ideal para iniciativas de benchmarking ágiles y adaptadas a cada organización.

Un buen ejemplo de esto es la plataforma low-code de Flexygo, que permite construir soluciones de análisis comparativo a medida, sin depender de costosos desarrollos externos.

Benchmarking aplicado a la gestión del talento

Uno de los ámbitos donde el benchmarking está ganando terreno es en la gestión de recursos humanos. Las empresas buscan cada vez más compararse con el mercado en aspectos como:

  • Coste por contratación
  • Tiempo promedio de incorporación
  • Nivel de rotación voluntaria
  • Inversión en formación por empleado
  • Satisfacción del talento interno

A través de herramientas como Sebastian HR Portal, desarrollado con Flexygo, es posible no solo registrar y analizar estos indicadores, sino también compararlos con datos sectoriales y mejores prácticas. Esta funcionalidad permite tomar decisiones informadas en la captación, desarrollo y retención de talento.

El valor de contar con un partner tecnológico

Para que una estrategia de benchmarking tenga impacto, no basta con tener voluntad de mejora. Es necesario contar con herramientas adecuadas y el acompañamiento de un socio tecnológico que entienda los objetivos del negocio.

Elegir un partner tecnológico con experiencia en soluciones modulares, escalables y basadas en datos facilita enormemente la implantación de sistemas de análisis comparativo y mejora continua. Este tipo de colaboración permite acelerar el proceso de transformación, minimizar los riesgos y asegurar que la tecnología se adapta a la estrategia empresarial.

Conclusión: benchmarking como motor de competitividad

El benchmarking no es solo una herramienta para mejorar lo que ya se hace. Es un proceso estratégico que impulsa a las organizaciones a pensar de forma diferente, a inspirarse en líderes de dentro y fuera del sector, y a transformar sus prácticas en busca de la excelencia.

Con el apoyo de herramientas tecnológicas, como las desarrolladas con Flexygo y disponibles en el marketplace, las empresas pueden integrar el benchmarking como parte natural de su operativa diaria, generando una cultura de mejora continua que impacta directamente en su competitividad.

No se trata de copiar, sino de innovar desde el conocimiento de lo que otros hacen bien. El benchmarking, bien ejecutado, es una puerta abierta a nuevas formas de trabajar, más eficientes, más alineadas con los objetivos del negocio y más sostenibles en el tiempo.

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